jueves, 15 de abril de 2010

No quiero ver tu recuerdo en mis sueños


No quiero ver tu recuerdo en mis sueños, ni despertar en medio de la noche por haber soñado contigo. No quiero más noches de insomnio en la que los ensueños tuyos me tengan sobresaltada, con el corazón en un puño, los nervios a flor de piel y llorando a pleno pulmón e intoxicándome con mis propias lágrimas infectadas por tu veneno, lento, doloroso, silencioso y agonizante.
No más lágrimas lentas, sustanciosas, mudas, agridulces, desarmadas. Cada lágrima son mil penas, cada pena una infinita nostalgia…
Devuélveme la libertad para poder soñar lo quiera, para poder descansar dormida y despierta. ¡A duras penas no sé si soledad y agonía son, por tu culpa, hermanas siamesas! Déjame olvidarte curando las heridas de mi corazón con hilos de dorada esperanza.
Sólo espero que te quede claro que, cada lágrima será un tormento y de cada tormento haré una cuestión para que dejes de asediarme.

miércoles, 7 de abril de 2010

Escapar


Necesito escapar. Huir de éste agobio interior que corroe mis sentidos y altera mis percepciones a lo largo del día y de las noches de insomnio que queman las sangre de mis venas, helada hasta los huesos (durante el día) y completamente bullente (de noche). Puedo sentir mi sangre agitándose a semejanza del agua hirviendo en mis sienes.
Quiero escapar, quiero huir por un tiempo. Sentir el ahogo del aire puro que respiro fuera de esta espiral en la que no encuentro el principio ni el fin de lo perdida que estoy. Necesito contemplar a solas esas noches de primavera repletas de estrellas brillantes en las que pueda estrellar y arrojar mis malos pensamientos y frustraciones haciéndolas pedazos y desintegrándolas en el horizonte. Intoxicarme de oxígeno, desintoxicarme de mí. Sólo espero liberarme de mí misma para dejar de querer a medias, no continuar el camino de perseguir metas falsas, de falsos sueños y no volver a añorar lo que tenía cuando ya no lo tengo.
No sé si lloraré de furia, si voy a maldecir continuamente - en mi exilio temporal de este mundo -, el recuerdo del tormento de vivir intranquila en una incesante búsqueda de algo que ya no sé ni qué es ni a quien pertenece. No sé si quiero desnudar el alma o ahogarla (en un vaso de whisky sólo con hielo) para que deje de afligirme día, noche, mañana y tarde. No sé si tiene sentido, si valdrá la pena. ¿Asumiré mis culpas?, ya veremos…