miércoles, 9 de febrero de 2011

No hay huellas


No hay huellas. No quedan rastros del roce de tu piel sobre mi cuerpo, ni resquicios de caricias en mis sentidos, ni el recuerdo de unos dedos que, sigilosamente dibujaban en mí, sin palabras, tus más profundos deseos. No quedan restos de miradas ardientes, ni suspiros de esos de los que quitan el aire, ni pequeñas burbujas de oxígeno de esas que robaban viento y me dejaban sin aliento. Ya no me falta al aire, me sobra (para compartirlo). Resoplo continuamente a cualquier hora del día. Inspiro, espiro, exhalo, expiro... y muero entre recuerdos que vagamente logro rememorar pero percibo y siento como si fueran reales. Con los ojos cerrados en días como éste en el que te echo de menos y no estás a mi lado. No hay sentimiento, no hay aliento, no hay nada, no hay huellas...