No estuvo mal

Y no estuvo mal, realmente no lo estuvo. Jugar al escondite de camino a casa,escondiéndonos en sitios recónditos para culminar nuestro encuentro en un tímido beso. Caminar con prisa,excitación y una sonrisa de lado a lado a sabiendas de cómo acabaría nuestro juego. Aminorar la velocidad mientras subíamos las escaleras y comenzaba a estorbarnos la ropa. Entrar en calor a pesar de la rociada nocturna y de la “levantera”. Luchar contra el viento para abrazarte y dejarme llevar por tu marea.Intentar abrir la puerta sin precisión alguna, motivada por el nerviosismo del momento. Cerrar de un portazo. Beber de tus labios y calmar la sed provocada por el largo camino desértico recorrido hasta llegar a casa entre juegos y miradas. Desabrochar un botón de tu camisa (o dos) y acabar partiendo la mía. Parar el tiempo. Observarte. Perderte en mi escote. Volver a mirarte. Hacerte el amor con los ojos antes que con el cuerpo. Darte indicios de lo que pasará antes de que pase y sorprenderte con lo que acabará ocurriendo. Deslizarnos como peces en el agua bajo las sábanas. Disfrutar de tu perfume entre mis brazos. Gozar de un momento efímero y placentero pero indescriptible. No prometerte amor verdadero. Ni noches bajo la luna en las que juraría amor eterno. No estuvo mal, pero no es lo que quiero...

Besos

¿Sabes cuántas noches de insomnio,

recordé cada beso de alquiler que tú me diste?

Besos de los que alimentan,

besos muy juguetones,

besos valientes, ardientes.

besos de verdad,

no de ésos mentirosos

que rompen corazones.

Y entre unos y otros…

Besos traviesos, besos liosos

que se enredan por los cuerpos

y luego causan destrozos.

Besos sedientos, besos hambrientos,

Besos saldos, besos dulces.

Besos venenosos,

besos que te envuelven,

besos que empañan ilusiones,

y besos sinsentido

que malviven de boca en boca.

Pero al fin y al cabo,

siguen siendo besos,

de los que a mí me gustan,

de los que a veces duelen,

de los que tú me diste,

de los que me has dado,

de esos que me asustan,

de los que conmueven,

y de los que dejan la miel

en los labios…

No hay conexión

No hay conexión que valga entre dos cuerpos que reman en diferentes direcciones. Entre cuerpos que naufragan entre diferentes mares, entre manos que perciben sin sentidos como si realmente los tuvieran y entre deseos y antojos instigados por una mezcla del más puro egoísmo y capricho infantil. No la hay.
¡Y es que no la hay entre mentes que naveguen entre el deleite de lo extravagante y lo supuestamente original! No existe entre tú y yo. Ni existirá. Y si hubiera la más mínima posibilidad, ahora ya no. Me causan aversión tus insinuaciones “sensuales” superfluas e inexistentes para mis sentidos (e incluso me parecen ridículas). Me enerva verte disfrutar entre el riesgo del rechazo o la emoción-excitación de conseguir lo inalcanzable, lo que no está hecho para ti, lo que no te corresponde. Detesto formar parte de tu imaginación y de tus más profundos deseos.Por eso, te rechazo. Y lo hago porque quiero, porque me disgustas, porque no me gustas, porque tengo la total libertad de poder hacerlo y porque sólo de imaginar lo que pasa por tu mente perversa me lleva al éxtasis de lo repugnante, de lo asqueroso, me causa repulsión moral, física, sexual, de alma, de movimientos...
No hay conexión, no existe. Así que bájate de mi barco y navega hacia otro puerto que el mío seguirá a la deriva en busca de algún cuerpo, un alma, un amor, de algo o alguien, que sepa como unirse a mí haciendo de lo pequeño lo grande, de lo mediocre lo extraordinario, de un beso una ilusión, de un roce de manos la unión total y de ésta situación, algo banal, algo para olvidar.